En un comunicado oficial, el Presidente de la República se pronunció con contundencia ante lo que considera un intento claro de desestabilización política en Ecuador. En su mensaje, el mandatario denunció los esfuerzos de ciertos sectores por revivir prácticas corruptas del pasado, y señaló directamente a Verónica Abad, quien ha solicitado su destitución y la suspensión de sus derechos de participación por cuatro años.
«Estos últimos días hemos sido testigos de cómo el Viejo Ecuador, ese de los Muentes, los Glas y del reparto de hospitales, no se rinde», declaró el Presidente. Según él, estos actores buscan «revivir prácticas que, por el bien del país, deberían ser parte del pasado.»
El mandatario fue enfático al señalar que la denuncia presentada por Abad tiene como objetivo principal sacarlo del poder para que ella asuma el cargo. «Si quedaba alguna duda de sus intenciones, hoy al fin se le cayó la máscara», afirmó, sugiriendo que esta acción forma parte de una estrategia más amplia para deshacerse de él antes de las próximas elecciones. «Es evidente que la vicepresidenta juega un rol en una trama mucho más grande», añadió.
El Presidente no dudó en acusar a Abad de contar con el respaldo de oscuros intereses que desean influir en el futuro político del país. «Solo así se entiende el respaldo que públicamente dieron a la denuncia, pues no es a ella; es a lo que intentan conseguir a través de ella: campo abierto en las elecciones presidenciales», sentenció.
Además, el Presidente vinculó la denuncia con sectores delictivos, afirmando que «la denuncia es presentada nada más y nada menos que por el defensor de los narcotraficantes Reyes Torres y de la mafia albanesa. ¿Quién más les queda?»
En un tono desafiante, el mandatario subrayó que esta denuncia es un ataque directo a la voluntad popular, expresada en las urnas el 15 de octubre. «Buscan arrebatarle al país la ratificación de un proyecto político que, por primera vez en la historia, decide no transar con la corrupción ni con mafiosos y que da pasos firmes para la recuperación de nuestro país», afirmó.
El Presidente advirtió sobre las graves consecuencias que podría tener su destitución en el contexto actual. «No les importa dejar sin Presidente de la República al país y sin Comandante en Jefe a las Fuerzas Armadas, en pleno conflicto armado interno», dijo, agregando que «quieren ver al Ecuador arder, con tal de reinar sobre sus cenizas.»
Finalmente, el mandatario reiteró su compromiso con la lucha contra la corrupción y el narcotráfico, asegurando que el país ha cambiado y que no permitirá que regresen las prácticas del pasado. «El Ecuador ya les dijo no», concluyó, prometiendo que continuará su lucha «ejerciendo el puesto que ha sido el mayor honor de mi vida: Ser SU Presidente».