Un equipo de investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha identificado dos proteínas en los músculos que, al activarse, estimulan el deseo de hacer ejercicio.
Estas proteínas, llamadas p38alfa y p38gamma, interactúan entre sí para regular la motivación hacia la actividad física.
El estudio, publicado en la revista ‘Sciences Advances’, sugiere que el músculo no solo se activa durante el ejercicio, sino que también envía señales al cerebro para intensificar las ganas de moverse.
Esta conexión entre el músculo y el cerebro podría ser la clave para entender por qué algunas personas sienten más impulso de ejercitarse que otras.

En personas con obesidad, los niveles de estas proteínas son más bajos, lo que podría explicar la falta de motivación para hacer ejercicio.
Los resultados del estudio también indican que, en el futuro, podrían desarrollarse medicamentos que activen estas proteínas, ayudando a aumentar la actividad física en quienes más lo necesitan.
Este descubrimiento ha sido confirmado tanto en estudios con animales como en humanos, y podría tener implicaciones significativas en el tratamiento de la obesidad, el desorden metabólico más común en el mundo.
Los investigadores ahora se enfocan en determinar si diferentes tipos de ejercicio tienen distintos efectos sobre estas proteínas, lo que podría optimizar los programas de entrenamiento según las necesidades individuales.
Guadalupe Sabio, autora principal del estudio, subraya la importancia de este hallazgo y su potencial para revolucionar la manera en que se abordan los tratamientos contra la obesidad y la falta de actividad física.