Mantener una dieta adecuada es clave para controlar la hipertensión y prevenir problemas cardiovasculares, de acuerdo con MedlinePlus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. Una alimentación balanceada ayuda a regular la presión y reduce el riesgo de infartos y accidentes cerebrovasculares.
La hipertensión, apodada “el asesino silencioso,” afecta a casi la mitad de los adultos en Estados Unidos, convirtiéndose en un problema importante de salud pública. La dieta DASH, creada para combatir la presión alta, promueve el consumo de alimentos frescos y ricos en nutrientes como potasio, calcio y magnesio, limitando el sodio a 2,300 mg por día.
Expertos de la Asociación Americana del Corazón (AHA) recomiendan reducir grasas saturadas de carnes rojas y lácteos enteros, además de evitar alimentos procesados y bebidas azucaradas. Estas acciones ayudan a estabilizar el sistema cardiovascular y a evitar aumentos bruscos de presión.
Entre los alimentos a evitar, destacan las carnes rojas, embutidos, dulces procesados y bebidas azucaradas, todos ellos asociados con un aumento en la presión arterial y mayor riesgo cardiovascular. Limitar estos alimentos puede marcar una diferencia significativa en el control de la hipertensión.
Para una dieta que mantenga la presión en niveles saludables, se sugiere priorizar frutas, verduras, granos integrales y proteínas magras. Nutrientes como el potasio contrarrestan el efecto del sodio, ayudando a mantener el sistema cardiovascular en buen estado y reducir la presión arterial de manera natural.