El canciller de Surinam, Albert Ramdin, tiene las cartas en su mano para convertirse este lunes en el nuevo secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA) durante una asamblea general extraordinaria en Washington.
Salvo un golpe de timón, se convertirá en el primer caribeño en liderar la organización, creada en 1948 para fomentar la cooperación y una agenda regional común en derechos humanos, seguridad, desarrollo y la defensa de la democracia.
El diplomático sucedería al uruguayo Luis Almagro, cuyo mandato termina el 25 de mayo, después de una década en el cargo. De los 34 países con derecho a voto, el surinamés cuenta con el respaldo de la Comunidad del Caribe (Caricom), Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Uruguay, Costa Rica, Ecuador y República Dominicana, lo que le garantiza más de los 18 votos necesarios para asumir la dirección de la OEA por los próximos cinco años.
En este contexto, los gobiernos de Costa Rica, Ecuador y República Dominicana, miembros de la Alianza para el Desarrollo en Democracia (ADD), han expresado oficialmente su respaldo a la candidatura de Ramdin. En una declaración conjunta, destacaron su experiencia y capacidad para liderar una nueva etapa en la OEA, promoviendo la cooperación entre los Estados miembros y facilitando el diálogo para la solución de problemas regionales. Además, enfatizaron la importancia de que la rotación regional en la Secretaría General garantice una representación más inclusiva y efectiva dentro del sistema interamericano.
Sin embargo, persiste la incertidumbre sobre la postura de Estados Unidos, uno de los principales contribuyentes financieros de la OEA. El gobierno de Donald Trump, que regresó a la Casa Blanca el 20 de enero, ha impulsado una política de recortes en el gasto federal y ha retirado a EE.UU. de varias organizaciones internacionales, lo que genera preocupación sobre su posible influencia en la votación.
El nerviosismo aumentó tras la retirada del canciller paraguayo Rubén Ramírez, quien hasta hace poco era el principal contendiente de Ramdin. Según el presidente de Paraguay, Santiago Peña, su salida se debió a un cambio de postura «abrupto e inexplicable» de varios países aliados.
OEA más independiente y efectiva
A sus 67 años, Ramdin conoce bien el funcionamiento de la OEA, ya que fue su secretario adjunto entre 2005 y 2015. Ahora, espera regresar con una visión reformista para afrontar tiempos «desafiantes» en una organización que ha sido acusada de inercia y de alinearse demasiado con Washington.
«La OEA tiene que desempeñar un papel significativo, relevante y útil en las crisis que afectan al continente», afirmó recientemente en una entrevista con el Atlantic Council. Sin embargo, aclaró que su objetivo no es que la OEA se enrede en disputas geopolíticas globales, sino que se enfoque en garantizar que la región «permanezca pacífica, libre de guerras y conflictos».
En los últimos años, la organización ha enfrentado divisiones internas sobre cómo abordar conflictos globales como la guerra en Ucrania, así como crisis regionales en países como Nicaragua, Venezuela y Haití. Ramdin ha insistido en que la OEA debe desempeñar un rol clave en la estabilidad del continente, pero sin tomar partido en disputas políticas.
“La noción de que tenemos un conjunto homogéneo de países es falsa”, reconoció el diplomático, pero aseguró que su misión será fortalecer la OEA y hacerla más efectiva en la solución de los desafíos regionales.
Con el respaldo de varios países latinoamericanos y del Caribe, y con la declaración de apoyo de Ecuador, Costa Rica y República Dominicana, Ramdin está cada vez más cerca de convertirse en el nuevo secretario general de la OEA. Sin embargo, la posibilidad de un rival de último momento y la postura final de Estados Unidos podrían definir el desenlace de esta elección clave para el futuro de la organización.
Fuente: AFP.