Alguna vez estabas con tus amigos jugando videojuegos por la noche y se les ocurrió jugar a la Ouija pero antes de jugar se preguntaron, ¿La Ouija es real o pura imaginación? La Ouija no es “real” en el sentido paranormal. Esa pieza no se mueve sola: la empujan micro-movimientos que hacemos sin darnos cuenta..
La ciencia lo viene demostrando desde hace más de un siglo y explica por qué en grupo parece funcionar: la sugestión, las expectativas y el ambiente hacen que todos empujen un poquito, sin notarlo..
La Ouija es un tablero con letras y una pieza deslizante (planchette). Se mueve por micro-movimientos involuntarios de quienes apoyan los dedos (efecto ideomotor), descrito por Carpenter y Faraday desde 1852 y aún estudiado. La evidencia apunta a sugestión, expectativas y dinámica de grupo; no hay prueba de fenómenos paranormales.
Qué dice la ciencia?
La explicación más aceptada es el efecto ideomotor: cuando pensamos en una letra o respuesta, nuestros músculos realizan movimientos mínimos e involuntarios que empujan la pieza sin que lo notemos. Es un proceso automático, documentado por la psicología desde hace más de 170 años.
Además, en grupo se suman expectativas compartidas, sugestión y el deseo de “acertar”; todo eso hace que la experiencia se sienta “misteriosa”. Museos e historiadores coinciden: el atractivo de la Ouija dice mucho sobre duelo, incertidumbre y cultura popular, no sobre fuerzas ocultas.

Lo que mostraron los experimentos
Un estudio de la Universidad de Columbia Británica mostró que, en preguntas simples, la Ouija hace sentir que aciertas más. Ocurre porque salen recuerdos que ya tenías sin notarlo y tu mano mueve un poco la pieza. No prueba nada paranormal: es tu mente trabajando en segundo plano.
Cuando se hacen pruebas con los participantes con los ojos vendados o sin que vean el tablero, la “magia” se derrumba: las respuestas caen al azar y los mensajes pierden sentido.
¿Es peligrosa?
No hay riesgo “paranormal”, pero sí conviene cuidar el contexto: evitar usarla con personas sugestionables, en situaciones de miedo intenso o como sustituto de ayuda profesional ante duelo o ansiedad. Si alguien quiere jugar, que sea como entretenimiento y con reglas claras. (Recomendación editorial basada en consensos de divulgación científica).






