Una misión típica de los astronautas a la Estación Espacial Internacional dura en promedio unos seis meses, lo que podría acarrear problemas de salud de no seguirse un correcto y estricto plan de nutrición y ejercicio físico.
La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) recopiló gran cantidad de datos sobre los vuelos espaciales a largo plazo y sus efectos en el cuerpo humano sin la carga continua de la gravedad de la Tierra (microgravedad).
La NASA entiende muchas de las respuestas del sistema humano al entorno espacial, entre las que se cuentan las adaptaciones a la densidad ósea, la salud muscular, sensitivomotora y cardiovascular, aunque todavía queda mucho por aprender.
Los efectos de los vuelos espaciales varían de uno a otro astronauta, por lo que los médicos de la tripulación de vuelo de la NASA monitorean regularmente la salud de cada miembro de la tripulación durante una misión e individualizan las rutinas de dieta y acondicionamiento físico para dar prioridad a la salud y el estado físico durante su permanencia en el espacio.
Para mantener su fuerza y resistencia, los miembros de la tripulación del laboratorio en órbita se someten a dos horas y media de ejercicio diario para sustentar su salud muscular, ósea, aeróbica y sensitivomotora. Los entrenamientos son diseñados con rigurosidad y similares a los que se implementan en Tierra.
El equipo actual a bordo de la estación espacial incluye el Dispositivo Avanzado de Ejercicio Resistivo (ARED, por sus siglas en inglés), que imita el levantamiento de pesas; una cinta de correr, llamada T2; y el Cicloergómetro con Sistema de Aislamiento y Estabilización de Vibraciones (CEVIS, por sus siglas en inglés) para el ejercicio cardiovascular.
Además de su capacitación técnica y física, los astronautas participan en la formación de destrezas de trabajo en equipo. Aprenden destrezas eficaces para la vida en grupo y cómo cuidarse y apoyarse unos a otros.
La Estación Espacial Internacional es el hogar de la humanidad en el espacio y una estación de investigación que gira en órbita sobre la Tierra a unos 400 kilómetros (250 millas) de altura.
La NASA y sus socios internacionales han mantenido una presencia humana continua a bordo de la estación espacial durante más de 24 años, haciendo investigaciones que no es posible realizar en la Tierra.
La gente que vive y trabaja a bordo de este laboratorio en microgravedad también forma parte de las investigaciones que se llevan a cabo, y ellos ayudan a abordar complejos problemas de la salud humana en la Tierra y preparan a la humanidad para viajar más lejos que nunca, incluyendo la Luna y Marte.
Fuente: NASA