sábado, 26 julio 2025
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Restos del asteroide desviado por la misión DART podrían provocar una lluvia de estrellas en la Tierra

Foto referencial tomada de CANVA.

La misión DART, que desvió la órbita del asteroide Dimorphos como parte de un ensayo de defensa planetaria, podría generar una lluvia de meteoros observable desde la Tierra en los próximos años. Restos pequeños y no peligrosos del asteroide, expulsados tras el impacto, podrían alcanzar tanto Marte como la Tierra, según un estudio reciente publicado en The Planetary Science Journal.

El impacto de la sonda DART, ocurrido en 2022, logró acortar en más de 30 minutos la órbita de Dimorphos alrededor de su asteroide principal, Didymos. Este éxito ha abierto la posibilidad de que los fragmentos lanzados al espacio lleguen a nuestro planeta o al sistema Marte, dependiendo de la velocidad y dirección de los escombros.

«Podríamos ser testigos de la primera lluvia de meteoros provocada por la humanidad», explicó Eloy Peña-Asensio, investigador del Politécnico de Milán y autor principal del estudio. La Agencia Espacial Europea (ESA) informó que partículas de diversos tamaños, desde 10 cm hasta micrómetros, se mueven a velocidades de entre 1 y 2 kilómetros por segundo, lo que podría llevarlas a la Tierra en las próximas décadas.

Foto archivo.

El estudio detalla que las partículas más rápidas, viajando a más de 1,5 km por segundo, podrían alcanzar el sistema Tierra-Luna en un plazo de 13 años. Las más lentas, en torno a los 770 metros por segundo, podrían llegar a Marte en siete años.

Aunque las partículas más grandes, del tamaño de una pelota de softball, se quemarían al entrar en la atmósfera terrestre, podrían atravesar la atmósfera de Marte debido a su menor densidad. Sin embargo, las partículas más pequeñas tienen mayor probabilidad de alcanzar la Tierra, al haber sido lanzadas con más velocidad.

El equipo de científicos, incluidos investigadores como Josep Maria Trigo-Rodríguez, astrofísico del Instituto de Ciencias del Espacio del CSIC, continúa estudiando las trayectorias de estos fragmentos para determinar si generarán meteoros visibles desde la Tierra. Las futuras campañas de observación serán esenciales para monitorear este fenómeno y determinar si los restos del impacto de DART crearán una nueva lluvia de meteoros.

Por ahora, el destino de los meteoroides dependerá de su posición en el penacho de escombros generado tras el impacto. Las partículas situadas al norte del cono de eyección tienen más probabilidades de dirigirse hacia Marte, mientras que las que se encontraban al suroeste tienen más posibilidades de llegar a la Tierra.

Este evento, si llega a ocurrir, se sumaría a las más de 1.000 corrientes de meteoroides conocidas que cruzan la órbita terrestre, responsables de lluvias anuales como las Perseidas y las Táuridas.