Nadie pudo notar este impresionante fenómeno que se originó en una remota región de Groenlandia en septiembre de 2023. Una enorme formación roca y hielo, suficiente para llenar 10.000 piscinas olímpicas, cayó en un valle glaciar desencadenando un megatsunami de 200 metros de altura, una ola más grande que el tsunami que golpeó la central nuclear de Fukushima, en Japón.
Esta gigantesca ola quedó atrapada en el lugar debido al fiordo Dickson, un valle que atrapó la fuerza del impacto, debido a esto, el agua estuvo de un lado al otro en este lugar durante nueve días provocando vibraciones sísmicas por todo el plantea.
Es por esta inusuales vibraciones que los científicos dieron con el origen de este extraño fenómeno. El doctor Stephen Hicks, coautor de la investigación publicada en Science, comentó: «Cuando vi por primera vez la señal sísmica, me quedé completamente desconcertado. Nunca habíamos registrado una onda sísmica tan duradera y de propagación global».
Los científicos vinculan este deslizamiento con el cambio climático. El glaciar que sostenía la montaña se había adelgazado debido al aumento de las temperaturas, provocando la inestabilidad de la pared rocosa. Este evento en Groenlandia es una señal clara de los significativos efectos del calentamiento global en el Ártico.
El estudio subraya las conexiones entre el cambio climático y la geología. Hicks destacó que «el calentamiento atmosférico está directamente vinculado a la desestabilización de los glaciares, lo que afecta los movimientos del agua y la corteza terrestre».
Este megatsunami es una advertencia de los efectos tangibles del cambio climático, y cómo fenómenos en regiones remotas pueden influir en todo el planeta.