El microondas se ha vuelto uno de los electrodomésticos más usados en la cocina. Permite calentar líquidos en pocos segundos y casi sin ensuciar. Por eso muchas personas lo usan a diario para preparar café, té, chocolate caliente o un vaso de leche. Sin embargo, esa misma facilidad hace que muchas veces se pase por alto cómo se calienta el líquido y qué riesgos puede traer.
Lo que pasa realmente al calentar agua o leche
Cuando se calienta agua en el microondas, puede ocurrir un fenómeno llamado sobrecalentamiento. El agua puede superar su punto de ebullición sin formar burbujas visibles. Parece tranquila, pero está inestable. El problema aparece cuando:
- Se mueve la taza.
- Se mete una cuchara.
- Se coloca una bolsita de té.
En ese momento el agua puede “explotar” de golpe, salpicar hacia afuera y causar quemaduras en manos y rostro.

Con la leche, el problema principal es el calentamiento desigual. El microondas no calienta todo por igual:
- Se forman zonas muy calientes.
- Otras partes quedan apenas tibias.
Eso aumenta el riesgo de quemarse al primer sorbo y también puede cambiar el sabor y la textura. Es común que se forme una nata en la superficie o que la leche sepa “rara”.
Además, cambios bruscos de temperatura pueden afectar vitaminas sensibles al calor y otros compuestos delicados de la leche. No quiere decir que se vuelva “mala”, pero sí puede perder parte de sus propiedades si se recalienta o se calienta mal varias veces.
Otro punto importante son los recipientes. Si el líquido se calienta en envases cerrados o no aptos para microondas, puede:
- Aumentar la presión interna.
- Producir derrames al abrir.
- Provocar que el vaso o recipiente se agriete o reviente.
Precauciones, riesgos y cómo hacerlo de forma más segura
La forma más segura de calentar agua o leche sigue siendo la clásica:
- Usar una ollita pequeña en la estufa.
- Controlar la temperatura a fuego bajo o medio.
- Apagar cuando empiece a humear, sin dejar que hierva de más.
Si aun así se decide usar el microondas, es importante seguir estas recomendaciones:
- Usar recipientes aptos para microondas.
- No taparlos por completo ni usar tapas herméticas.
- Calentar en intervalos cortos (por ejemplo, 20–30 segundos).
- Remover el líquido entre cada intervalo.
- Volver a mezclar bien antes de tomarlo.
Con estos cuidados se reduce el riesgo de sobrecalentamiento, salpicaduras y quemaduras.






