El Papa, de 87 años, ha generado un profundo debate dentro de la Iglesia Católica al autorizar a los sacerdotes a impartir bendiciones informales a parejas en uniones «irregulares», incluyendo parejas del mismo sexo. Esta histórica decisión, emitida el 18 de diciembre de 2023, marca un cambio significativo en la postura del Vaticano, que anteriormente prohibía cualquier acción de este tipo.
Sin embargo, la medida ha provocado reacciones encontradas dentro de la Iglesia. Mientras que algunos sectores, especialmente en las iglesias occidentales, han acogido con agrado la decisión, mientras que otros, como un organismo que representa a los obispos en África, han expresado su desacuerdo. Este último ha declarado que no ofrecerán tales bendiciones, argumentando que no son apropiadas para la cultura africana y podrían generar confusión.
El Papa Francisco ha insistido en que estas bendiciones no son de «unión» sino para las personas que las solicitan, enfatizando que bendice a personas que se aman y que rezan por ellas.
«Nadie se escandaliza si le doy la bendición a un empresario que quizás explota a la gente: y eso es un pecado gravísimo», dijo el papa en una entrevista para la revista italiana Credere.
“Mientras que se escandalizan si se la doy a alguien homosexual… ¡Esto es hipocresía! Todos tenemos que respetarnos unos a otros. ¡Todos!”, añadió.
El pontífice ha enfrentado críticas y resistencia de algunos sectores conservadores dentro de la Iglesia, especialmente en Estados Unidos y partes de Europa. El papa Francisco ha denunciado esta oposición como hipocresía, destacando que la Iglesia debe respetar a todas las personas, independientemente de su orientación sexual.
La autorización papal forma parte de los esfuerzos para cambiar el tono y el enfoque de la Iglesia hacia los católicos LGBTQ+. A pesar de las tensiones e inconformidad, los obispos africanos han mantenido su lealtad al Papa.
En una entrevista reciente, el Papa Francisco reiteró su deseo de que los líderes de la Iglesia estén cerca de su gente y reconoció las críticas provenientes de África como un «caso especial» influenciado por la cultura.