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Maduro se adjudica victoria municipal en Venezuela tras boicot en la oposición y fuerte abstención

Foto: AFP

En medio de cuestionamientos por falta de transparencia y con una oposición silenciada o en el exilio, el régimen de Nicolás Maduro se impuso este domingo en las elecciones municipales de Venezuela, adjudicándose el control de 285 de las 335 alcaldías del país, incluidas 23 de las 24 capitales estatales.

La jornada electoral, marcada por una participación del 44 %, reflejó un país políticamente fracturado y temeroso, donde la principal coalición opositora decidió marginarse en protesta por lo que consideran un sistema electoral manipulado. “¡Victoria, victoria popular! Ha triunfado la democracia y la paz”, exclamó Maduro ante sus seguidores en la plaza Bolívar de Caracas, pese a las denuncias de fraude y represión que empañan el proceso.

El Consejo Nacional Electoral, acusado de estar al servicio del oficialismo, no ha publicado el detalle del escrutinio de los comicios presidenciales del 28 de julio de 2024, donde la oposición —según actas divulgadas en un portal independiente— asegura que su candidato Edmundo González venció a Maduro. Un año después, González permanece en el exilio y María Corina Machado, lideresa opositora, se encuentra en la clandestinidad.

“Ese día el 70 % del país votó por Edmundo González y hoy, el 90 % le dijo NO a Maduro”, escribió Machado en la red X, en referencia al alto nivel de abstención. La oposición real, sin condiciones democráticas, ha sido reemplazada por una “nueva oposición” funcional al régimen, que —según Maduro— ganó 50 alcaldías. Machado los tildó de colaboracionistas.

Cuestionadas acciones de Maduro

Pese al control casi absoluto del poder —Presidencia, Asamblea, gobernaciones y ahora alcaldías—, Maduro enfrenta un creciente aislamiento internacional. Estados Unidos, junto a una decena de países, sigue sin reconocer su legitimidad. “Maduro no es el presidente de Venezuela y su régimen no es el gobierno legítimo”, sostuvo el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, quien calificó al mandatario como “jefe de una organización narco-terrorista”.

En paralelo, la represión interna se intensifica: solo en las 48 horas posteriores a las protestas contra el resultado presidencial del año pasado, se reportaron 2.400 detenciones. “Si ellos me agarran, me van a desaparecer”, advirtió Machado en una reunión con corresponsales.

Mientras el oficialismo celebra, buena parte de la ciudadanía permanece desmovilizada, temerosa y descreída de un sistema político que, bajo el liderazgo de Maduro, ha acumulado poder sin transparencia, elecciones sin garantías y una democracia desfigurada por la persecución y el silencio forzado de sus opositores.