Este lunes, 3 de marzo, el Sumo Pontífice presentó dos episodios de insuficiencia respiratoria aguda. Esto se debe a una importante acumulación de moco endobronquial. Por lo que se realizaron dos broncoscopias con la necesidad de aspirar las secreciones abundantes.
“El Santo Padre permaneció alerta, orientado y colaborador durante todo el proceso. El pronóstico sigue siendo reservado», se dijo mediante un comunicado oficial.
Este es el segundo parte del día sobre la salud del papa argentino: en el que se difundió más temprano se informó que «el papa Francisco pasó una buena noche en el Policlínico Agostino Gemelli de Roma donde se encuentra internado desde el pasado 14 de febrero, se encuentra estable y su pronóstico sigue siendo reservado».
Durante su estancia en el hospital, sufrió dos recaídas. La primera, el 22 de febrero, tuvo una crisis respiratoria asmática prolongada y una trombocitopenia que requirió una transfusión sanguínea.
El 28 de febrero, experimentó un empeoramiento brusco debido a una crisis aislada de broncoespasmo que le provocó vómitos con inhalación.