Ciencia y tecnología

Inventan un “plástico vivo” capaz de autodestruirse

Un equipo internacional de investigadores ha logrado un avance significativo en la batalla contra la contaminación por plásticos al desarrollar un material biodegradable, denominado «plástico vivo», capaz de descomponerse al final de su vida útil. Esta innovación, detallada en un estudio publicado el 30 de mayo de 2024, por la revista Nature Communications, podría ofrecer una solución prometedora a uno de los problemas ambientales más apremiantes de la actualidad.

El «plástico vivo» es un poliuretano termoplástico blando compuesto por esporas bacterianas de una cepa de ‘Bacillus subtilis’, una bacteria común presente en el suelo. Estas esporas, al ser expuestas a los nutrientes presentes en el compost, germinan y descomponen el material plástico al final de su ciclo de vida.

«Se trata de una propiedad inherente a estas bacterias», explica Jon Pokorski, profesor de nanoingeniería en la Universidad de California en San Diego y uno de los autores del estudio.

Los investigadores utilizaron esporas bacterianas debido a su resistencia a las duras condiciones ambientales. A diferencia de las esporas fúngicas, las esporas bacterianas poseen un escudo protector que permite a las bacterias sobrevivir en estado vegetativo.

Para fabricar el nuevo plástico biodegradable, las esporas de ‘Bacillus subtilis’ y gránulos de poliuretano termoplástico se mezclaron y fundieron a alta temperatura. Posteriormente, se evaluó la biodegradabilidad del material resultante colocándolo sobre restos de compost biológicamente activos.

El material se degradó en un 90 % en tan solo cinco meses, gracias al agua y los nutrientes presentes en el compost. «Esta capacidad de autodegradarse en un entorno sin microbios adicionales hace que nuestra tecnología sea aún más viable», añade Pokorski.

Aunque los investigadores reconocen que aún no han estudiado completamente los restos del material degradado, creen que las esporas bacterianas persisten de manera inofensiva, ya que ‘Bacillus subtilis’ es generalmente considerada inofensiva para humanos, animales y beneficia la salud de las plantas.

En el estudio, las esporas bacterianas fueron modificadas para soportar las altas temperaturas necesarias para la producción de polímeros. «Evolucionamos las células una y otra vez hasta llegar a una cepa optimizada para tolerar el calor», explica Adam Feist, investigador de la misma universidad.

Aunque el estudio actual se ha centrado en la producción de pequeñas cantidades del nuevo material plástico a escala de laboratorio, los investigadores están trabajando en la optimización del proceso para producir el plástico a escala industrial, lo que podría representar un gran avance en la lucha contra la contaminación plástica a nivel global.