Ataviado con colmillos de jaguar y plumas, el curandero colombiano Claudino Pérez sirve a sus fieles un brebaje oscuro y espeso, la ayahuasca. Acaba de reanudar sus ceremonias tras dos años de cárcel en México por transportar esa bebida ancestral de los pueblos indígenas amazónicos.
Colombianos y extranjeros que quieren aliviar malestares del cuerpo y el espíritu beben en un ritual la…