Durante años, las fotos de Kirill Tereshin, el joven ruso apodado el “Popeye ruso”, dieron la vuelta al mundo por el tamaño descomunal de sus bíceps. Su objetivo era claro: llamar la atención, parecerse al personaje de dibujos animados y convertirse en un fenómeno en redes.
Para lograrlo, recurrió a una mezcla peligrosa de vaselina y synthol, que le permitió aumentar de forma…
