En la era digital, una conexión WiFi rápida y estable es casi tan importante como tener luz o agua. Sin embargo, muchas veces la lentitud no se debe a tu proveedor de internet, sino a objetos comunes en tu hogar que interfieren con la señal del módem.
La señal WiFi viaja en forma de ondas electromagnéticas, y ciertos dispositivos y materiales pueden bloquear o distorsionar su trayectoria.