Investigadores identificaron que la proteína 15-PGDH, asociada al envejecimiento, se acumula en el cartílago dañado por artrosis y bloquea su reparación. Al inhibirla con un fármaco experimental, el cartílago volvió a crecer en ratones y en muestras humanas.
¿Qué descubrieron exactamente sobre el cartílago y la artrosis?
La artrosis es una enfermedad crónica en la que se desgasta el cartílago que recubre las articulaciones, sobre todo rodillas, caderas, manos y columna. Ese tejido actúa como “amortiguador”: cuando se pierde, aparece dolor, rigidez e inflamación y, con el tiempo, se limita la movilidad.
Hasta ahora, los tratamientos más habituales solo aliviaban síntomas: analgésicos, antiinflamatorios, fisioterapia, ejercicio adaptado y, en casos graves, cirugía con prótesis. No existía un medicamento capaz de revertir el daño del cartílago de forma directa.
El nuevo estudio se centró en una enzima llamada 15-PGDH, cuyo nivel aumenta con la edad en distintos tejidos. Los investigadores comprobaron que esta proteína se acumula también en el cartílago de articulaciones con artrosis. Allí degrada dos moléculas, las prostaglandinas D2 y E2, necesarias para que el tejido pueda repararse.
Cuando 15-PGDH está muy alta, el cartílago pierde su capacidad de mantenimiento y termina adelgazándose, agrietándose y dejando el hueso prácticamente expuesto. Eso explica parte del dolor y la inflamación que viven millones de personas con artrosis en el mundo, incluida la región andina y países como Ecuador.

El fármaco experimental que logró regenerar el cartílago
El equipo desarrolló y probó un fármaco inhibidor de 15-PGDH. En ratones con artrosis en las rodillas, los científicos lo inyectaron directamente en las articulaciones dañadas.
Los resultados fueron llamativos:
- El cartílago volvió a engrosarse de forma uniforme en toda la superficie de la articulación.
- Los animales pudieron cargar más peso sobre la rodilla afectada, señal de menor dolor.
- Las imágenes mostraron la formación de cartílago hialino, el tipo correcto para la articulación, y no un tejido de menor calidad.
El fármaco se probó también en muestras de cartílago humano extraídas durante cirugías de prótesis de rodilla. En esas muestras, los investigadores observaron que el tejido dañando empezaba a producir nuevo cartílago funcional cuando se bloqueaba 15-PGDH.
Un detalle importante del estudio es que la regeneración no dependió de células madre externas. Fueron las propias células del cartílago las que cambiaron su patrón de genes y recuperaron un estado más “joven” cuando se inhibió esta proteína. Es decir, se “desbloqueó” un potencial de reparación que se creía perdido.
El inhibidor de 15-PGDH ya se está ensayando en personas, pero con otro objetivo: tratar la pérdida de masa muscular asociada al envejecimiento. Los primeros ensayos de fase 1 indican que el medicamento es seguro y tiene actividad biológica, y los investigadores confían en iniciar más adelante pruebas específicas en pacientes con artrosis.






