Lo que comenzó como un pequeño culto de devoción mariana en Italia, se convirtió en uno de los casos de presunto fraude más notorios del país. Gisella Cardia, la ‘vidente’ que aseguraba recibir mensajes de la Virgen y multiplicar pizzas, será juzgada el próximo 7 de abril.
Su esposo, Gianni Cardia, también se encuentra acusado por fraude agravado. El Tribunal de Civitavecchia decidió enviar a la pareja a juicio tras dos años de intensa investigación y múltiples denuncias.

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Donaciones y dinero reacudado
Según la Fiscalía, los Cardia habrían simulado «apariciones» y anunciado «futuros cataclismos, como terremotos» con un claro objetivo: recolectar donaciones de sus seguidores.
Las cifras son impactantes: se calcula que la pareja obtuvo hasta 365.000 euros. No obstante, la acusación sostiene que esta suma nunca se destinó a las obras benéficas previstas por la Asociación de la Virgen de Trevignano. Por el contrario, los fondos recaudados se invirtieron en bienes personales, incluyendo la adquisición de un terreno, una valla, un garaje e incluso un Mercedes.
El fenómeno y el cierre de la Iglesia
El fenómeno atrajo durante años a numerosos fieles que acudían al pequeño pueblo romano cada día 3 del mes para presenciar los supuestos milagros. Gisella Cardia (cuyo nombre real es María Giuseppa Scarpulla y quien ya contaba con antecedentes por bancarrota) aseguraba recibir y publicar mensajes celestiales en internet, junto con los datos bancarios para enviar donaciones.
Finalmente, el dicasterio para la Doctrina de la Fe de la Iglesia Católica cerró el capítulo en junio del año pasado al declarar que no existía ningún elemento «sobrenatural» en las experiencias relatadas por la vidente.

Una larga lista de estafados
La investigación judicial comenzó gracias a la denuncia de Luigi Avella, quien había donado unos 93.000 euros a la asociación. Sin embargo, la lista de personas estafadas es mucho más extensa: en la investigación figuran, entre otros, dos mujeres que entregaron 30.000 y 40.000 euros, respectivamente.
El caso se volvió altamente mediático. La diócesis de Civita Castellana inició una investigación en abril de 2023, después de que numerosos vecinos, cansados del incesante vaivén de devotos, denunciaran una «estafa gigante».
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