Mantener tu PC o laptop encendida de forma continua puede generar problemas en el hardware, el calor producido por el funcionamiento constante puede dañar componentes como el procesador, la tarjeta gráfica y el disco duro. Este sobrecalentamiento prolongado reduce la vida útil de tu equipo.
Cada vez que enciendes y apagas tu dispositivo, los componentes pasan por un ciclo que, aunque soportable para equipos modernos, puede desgastar partes como los ventiladores si el uso es continuo.
Además, un equipo encendido y conectado a internet es más vulnerable a ciberataques, lo que puede resultar en la pérdida de datos sensibles.
Apagar tu equipo no solo protege su hardware, sino que también ahorra energía y reduce tu factura de luz. El modo de suspensión es una buena opción para pausas cortas, ya que minimiza el consumo de energía. Para periodos más largos, el modo hibernación guarda el estado del sistema en el disco duro.
La mejor opción es un apagado completo desde el menú del sistema operativo. Además, proteger tu equipo con un protector de tensión y hacer copias de seguridad regularmente son medidas esenciales.
Mantener el sistema operativo y las aplicaciones actualizadas, junto con un buen antivirus y firewall, garantizará un funcionamiento óptimo y prolongado de tu PC o laptop.