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¿Por qué este 25 de diciembre se disfruta el recalentado?

Una de las tradiciones que realizan las familias ecuatorianas es el famoso recalentado, el cual consiste en volver a comer el plato que se degustó la noche anterior. Es decir que la comida que quedó de la cena de Nochebuena se vuelve a calentar para compartir con amigos y familia.

Una de las peculiaridades de esta práctica es que la comida suele tener un mejor sabor a comparación de la primera vez que se probó, así que cada 25 de diciembre y 1ero de enero, las familias llevan a cabo la tradición del recalentado con la incógnita de por qué sabe mejor al día siguiente.

¿Por qué sabe mejor el recalentado?

El factor que genera que la cena sepa mejor al día siguiente es la homogenización de los sabores, según explicó Debby Brown, ingeniero en alimentos, para Muy Interesante. Entre más tiempo pase desde la preparación de la comida hasta su consumo, la concentración de los ingredientes le darán una mayor presencia de sabor a la comida.

Debido a que cuando se prepara la cena, pocas personas acostumbran a dejar reposar la proteína con los ingredientes antes de cocinarla, así que cuando se guisa por primera vez, algunas especias y condimentos pasan inadvertidos al paladar; entonces cuando se deja reposar algunas horas ya con la salsa y demás ingredientes, estos se van homogenizando y al momento de exponerlos al calor toman más presencia en el gusto.

¿Qué pasa si comes recalentado más de una vez?

A pesar de que el recalentado es una práctica habitual, puede traer consecuencias si se hace de manera frecuente con el mismo preparado de Navidad o Año Nuevo, ya que aumenta la posibilidad de una intoxicación alimentaria. Entre más tiempo pase desde que se cocinó la comida, el alimento está expuesto a bacterias y agentes microbianos que pueden causar una infección estomacal.

La Agencia de Normas Alimentarias británica (FSA por sus siglas en inglés) recomienda que los alimentos ya preparados solo se recalienten una vez, pues entre más veces se repita ésta práctica, el riesgo de contraer una enfermedad gastrointestinal o una intoxicación puede aumentar.

Conforme transcurren los días, la comida entra en un proceso de descomposición, en consecuencia, si no se realiza una refrigeración adecuada o un almacenamiento de conservación que evite este proceso, es más probable que se eche a perder.