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Se cumplen 44 años del día que intentaron matar al papa Juan Pablo II

En 1981, el papa Juan Pablo II sobrevivió a un atentado.

Mientras el mundo abre un nuevo capítulo con la elección del papa León XIV, resurge el recuerdo de un acto que marcó a la Iglesia y al planeta: el perdón de Juan Pablo II, quien transformó un atentado en una lección de esperanza y fe.

El 13 de mayo de 1981, la Plaza de San Pedro vivió una escena que estremeció al mundo. Juan Pablo II recorría el lugar en su papamóvil, saludando con una sonrisa a los fieles. De pronto, Mehmet Ali Ağca, un joven ultranacionalista turco, le disparó cuatro veces. El papa cayó herido ante la mirada atónita de miles de personas.

En la imagen se puede apreciar el arma con la que Agca atentó contra Juan Pablo II.

La Guardia Vaticana reaccionó de inmediato. El papamóvil avanzó rápidamente hacia la enfermería del vaticano, y desde allí lo trasladaron en ambulancia al Policlínico Gemelli. Los médicos lucharon durante cinco horas para salvarle la vida. Aunque perdió gran parte de su sangre, el papa sobrevivió.

Desde la cama del hospital, grabó un mensaje que conmovió al mundo: “Rezo por el hermano que me disparó y a quien he perdonado sinceramente”.

El valor de perdonar cara a cara

En 1983, el papa visitó a Ağca en la prisión de Rebibbia. Le tomó la mano y conversaron en privado durante 21 minutos. Para Juan Pablo II, perdonar no fue solo una muestra de fe, sino también una declaración contra el odio. Años después, la madre del atacante expresó: “Ha sido un padre para mi hijo”.

Juan Pablo II visita a Mehmet Ali Agca en prisión.

Fe más allá del atentado

Aunque las investigaciones no lograron esclarecer por completo el caso, varias pistas apuntaron hacia una posible operación de inteligencia coordinada por la KGB. El liderazgo del papa, especialmente su apoyo al sindicato polaco Solidaridad, preocupaba a los regímenes comunistas.

Sin embargo, Juan Pablo II eligió no centrarse en teorías conspirativas, sino en su fe. Interpretó el ataque como un acto vinculado a la Virgen de Fátima, cuya primera aparición también ocurrió un 13 de mayo. Mandó colocar el proyectil extraído de su cuerpo en la corona de la estatua de la Virgen, en el santuario de Portugal.

Un Papa que convirtió el dolor en propósito

Aunque el atentado afectó su salud, no frenó su misión. Durante sus 26 años y medio de pontificado, visitó 129 países, impulsó el diálogo entre religiones, canonizó a cientos de santos y dejó una huella profunda en la historia de la Iglesia y del mundo.

La Iglesia lo beatificó en 2011 y lo canonizó en 2014. Hoy lo recordamos como San Juan Pablo II, el Papa que sobrevivió a las balas y eligió el perdón.

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